Científicos españoles frenan el crecimiento del tumor cerebral más común


Un equipo de investigadores del CNIO, el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, ha logrado detener este tipo de cáncer, uno de los más agresivos, en células humanas implantadas en cerebros de ratones

La esperanza de vida de los pacientes con glioblastoma, el tumor cerebral más común, es de sólo 14 meses, porque este tipo de cáncer es capaz de esquivar y sobreponerse a los pocos tratamientos que existen hoy para hacerle frente. Pero, por fin, tenemos una buena noticia en este campo, porque un equipo del CNIO, el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicasha logrado, por primera vez, frenar el crecimiento de este agresivo tumor cerebral en ratones.

¿Y cómo lo han logrado? Pues, bloqueando una proteína, la TRF1, que es esencial para que este tumor cancerígeno se puede regenerar.

“Lo primero que vimos es que TRF1 está sobreexpresado tanto en glioblastoma de ratón como en muestras humanas, lo cual nos indicaba que bloqueándolo tal vez podríamos conseguir algún resultado”, señala Leire Bejarano, miembro de este equipo del CNIO. Y bloquearon esta proteína y consiguieron aumentar la supervivencia de los ratones hasta en un 80% si actuaban al inicio de la formación del tumor. Tras este éxito en ratones, pasaron a trabajar con células de tumores humanos implantadas en el cerebro de roedores y este tratamiento también funcionó

Además, sin efectos secundarios, ya que su administración no afectó a las capacidades olfativas, neuromusculares o a la memoria de los ratones. “La inhibición de TRF1 es una estrategia efectiva para el tratamiento del glioblastoma”, destaca y María Blasco, la directora del CNIO y que también ha participado en este trabajo pionero.

El siguiente paso, en el que ya están investigando, es comprobar la eficacia de los inhibidores de TRF1 desarrollados en el CNIO en combinación con otros fármacos que ya se utilizan en los hospitales contra el cáncer.

El avance es muy prometedor, pero aún se necesitarán algunos años más y una mayor inversión económica para poder probarse en humanos y, si funciona y es seguro, al final los nuevos fármacos acaben llegando  los hospitales.

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