La logopedia reivindica su lugar en la sanidad pública


La Logopedia es una de las profesiones sanitarias que no constan en las ofertas de empleo público del Sescam. La logopeda María Pilar Maeso denuncia que «somos los eternos olvidados para los dirigentes de nuestro sistema sanitario y para los gerentes de los hospitales de nuestra región, por no olvidar que en la provincia de Ciudad Real y Cuenca no existe dotación de estos profesionales en ninguno de sus hospitales».

Las estadísticas del Sescam ponen de manifiesto que la Logopedia aún es una asignatura pendiente en la sanidad pública de Castilla-La Mancha, ya que los profesionales se pueden contar con los dedos de las manos. Sólo hay diez repartidos entre las gerencias de Albacete, Almansa, Guadalajara, Villarrobledo y Toledo.

A pesar de tratarse de una profesión sanitaria, la Logopedia no figura en el sistema público en gerencias como Ciudad Real, Cuenca, Hellín, Manzanares, Puertollano, Talavera de la Reina, Tomelloso o Valdepeñas.

En este contexto, la logopeda María Pilar Maeso recuerda que su profesión es necesaria en la práctica totalidad de los servicios hospitalarios y en todas las etapas de la vida. «Formamos parte de unidades multidisciplinares con pacientes de todas las edades, desde neonatos hasta ancianos, procedentes de distintos servicios, (oncología, maxilofacial, neurocirugía, otorrinolaringologia, pediatria nutrición, traumatología, neurología…)».

La logopeda recuerda que un ejemplo son las unidades de cuidados intensivos (UCI). De hecho, es muy frecuente que los pacientes ingresados en la UCI experimenten dificultades en la comunicación o en la deglución, ya sea como resultado de su enfermedad o de los tratamientos que reciben.

Al no estar dotados los centros hospitalarios de Logopedia, cuando los pacientes después de un ictus o de una larga estancia en la UCI llegan a sus domicilios tienen, en el mejor de los casos, que empezar de cero.

Además, la Logopedia trabaja con los recién nacidos en cuestiones relacionadas con la alimentación; con personas que han sufrido daño cerebral sobrevenido a cualquier edad o con pacientes con enfermedades neurogenerativas con problemas de deglución y del lenguaje.

Y es que la regulación de esta profesión surge con la implantación de estudios universitarios junto al Real Decreto 1419/ 1991, del 30 de agosto, por el que se establece el título universitario oficial de Diplomado en Logopedia. Más tarde, se regula como profesión sanitaria con la publicación de la Ley 44/2003, de 21 de noviembre, de ordenación de las profesiones sanitarias. Según la citada Ley: “los diplomados universitarios en Logopedia desarrollan las actividades de prevención, evaluación y recuperación de los trastornos de la audición, la fonación y del lenguaje, mediante técnicas terapéuticas propias de su disciplina».

Fuente: www.diariosanitario.com

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